En uno de los últimos episodios de Se Regalan Dudas hablaron con Guillermo Vega, un neuropsicólogo que habló sobre productividad enfocándose en el agotamiento en el que vivimos nuestro día a día. Esto me hizo recordar a mis primeros años de carrera y como era demasiado importante estar siempre con la agenda ocupada y el cansancio era la norma. Qué horrible ese momento de mi vida, pero qué lecciones me dio.
Además, el martes 27 de abril hice un Live con mi amiga Joss Briones desde su cuenta @mifuerzavital en Instagram y pues, lamentablemente no quedó guardado, pero ahí recordaba cómo tanto en la universidad como cuando trabajé en campañas políticas, nunca me daba el tiempo de descansar, pero mi cuerpo cuando ya se quedaba sin recursos necesitaba hacerlo, así que sencillamente caí en cama por 3 días. Podía estar trabajando en el auto, el metro, la oficina, al llegar a mi casa. Me despertaba más temprano, llegaba más temprano que nadie a la oficina y así.
La última vez que me pasó estaba acompañando a mi amiga Mariví a buscar unas cosas en Los Teques (una zona un poco lejos de Caracas), ya habíamos tenido unos días intensos de trabajo y yo tenía malestar de gripe. Luego de ese recorrido, Mariví me invitó a almorzar en un lugar espectacular donde pedí un pescado que tuve que llevarme a casa porque me sentía TAN mal que ni quería comer. Finalmente, me dejó en el San Ignacio (un centro comercial) para tomar un taxi e ir a mi casa.
Recuerdo haber llegado, decirle a mi mamá que me sentía mal, que dormiría y después no supe más de mí. Creo haber dormido unas 14 horas corridas, mi mamá no se preocupó porque sabía cómo reaccionaba. Luego de dos días durmiendo, solo me despertaba para comer algo, pero sin fuerzas.
Me tomó unos 5 años darme cuenta que aquel episodio estuvo mal, y todos los anteriores peor. El cuerpo es una máquina perfecta, pero necesita regenerarse. Para ello, no solo debe alimentarse bien y ejercitarse, tener hobbies y reírse, sino además dormir y descansar; que aunque usted no lo crea, son cosas distintas.
Aprendí a diferenciar la productividad del estrés, porque no es lo mismo. Una persona productiva sabe diferenciar entre lo urgente y lo importante, sabe darse el tiempo para el ocio, sabe cuáles son las tareas con las que el día puede considerarse como exitoso; y precisamente porque la productividad saludable es parte de su día a día, el estrés no es una constante en su vida.
Es muy importante tomarse tiempo para hacer actividades que no sean “productivas” acorde a la sociedad, pero que te dan felicidad, que te ayudan a regenerar el cuerpo; tal como lo dice este post de Pictoline que uso en mi taller. En el episodio de Se Regalan Dudas, Guillermo habla de lo importante de darle al cuerpo pequeñas satisfacciones, porque así se van regenerando. Porque necesita reponer energía, nutrientes y recargarse, además de hacer limpieza interna.
Así que mi recomendación esta semana es que selecciones 3 tareas diarias que te darán la satisfacción de un día exitoso, y además buscar 1 actividad que hagas sin culpa, sin que sea productiva y que te relaje.
Y si tienes problemas para dormir y descansar, que es algo que aprendí con Joss; es probable que seas una persona a la que le cueste tanto soltar, que finalmente entregarte al sueño es casi impensado para ti. En ese caso, te recomiendo que veas la serie de Headspace en Netflix, practiques yoga nidra o escuches este podcast que se llama Durmiendo Podcast, justo antes de dormir.
Cuéntame cómo te va en una semana. ¡Éxito!