Tal vez te identificas con esto:
La alarma suena y entonces comienza el: despertarse, mirar el celular, tener sueño, odiar todo, volver a mirar el celular, ya es tarde, pararte, ducharte rápido, lavarte los dientes, ponerte crema (si te acuerdas, si tienes tiempo), vestirte con cualquier ropa, dejar todo desordenado, comerte un pan con un café, sentarte a trabajar… sentirte cansado todo el día, pensando en “necesito cambiar, pero no sé cómo”.
Yo pasé por ahí muchas veces, pero después de leer El Poder de los Hábitos, y escuchar algunos podcasts al respecto, me di cuenta que era demasiado importante comenzar a con una rutina. Un día tomé lápiz y papel y comencé a escribir cómo sería mi rutina ideal: Despertaría, me preguntaría cómo estoy, meditaría, me lavaría la cara y los dientes, me pondría una crema hidratante; luego haría yoga, leería y escribiría, finalmente pasearía a Rucio para llegar a ducharme y luego desayunar con calma. Suena mágico e imposible, ¿No? Bueno, lo era, no te voy a mentir.
La magia de ser honesta
Una vez que definí todas estas cosas, comencé a tomarme el tiempo en mi rutina normal, o sea, la del primer párrafo. Tenía una hora disponible. Sin embargo, en mi papel, todas nuevas actividades que quería hacer me tomarían casi 2 horas. Fui honesta, no me iba a despertar a las 6:00 o las 5:00, no me gusta porque en las noches me gusta dormirme como a las 11:30 – 12:00. Así que negocié conmigo misma.
Lo primero que hice fue decir: ajá, qué es lo que sí o sí yo necesitaría en mi rutina de mañana. Sabía que meditar era algo que me centraba, hacer yoga me despertaba y era el momento que tenía que para eso, y quería pasear con Rucio, así que ahí podía escuchar podcasts o audiolibros.
Paso 1: Anota todo lo que quieres hacer, calcula el tiempo que tienes en la mañana antes de irte o conectarte a trabajar, define cuáles son las actividades REALMENTE importantes para ti.
Comenzar pasito a pasito, suave, suavecito
Evidentemente quiero un nivel Buda cuando medito y quisiera ser tan buena como mi profe de yoga, además quisiera pasear y jugar pelota con Rucio, hacerme desayunos épicos y saludables… pero si comienzo así, me voy a frustrar muchísimo porque no lo voy a lograr, entonces me voy a desanimar y tirar la toalla.
Lo que hice fue establecer un mínimo de tiempo, es decir:
- 10 min de meditación
- 10 min de yoga
- 20 min de caminata con Rucio
Esto me ha permitido ir aumentando el tiempo poco a poco, sé que algunos días puedo tener más minutos que otros, pero mi mínimo de satisfacción es 10 min.
Paso 2: establece un tiempo mínimo realista y aceptable para hacer esas cosas que quieres hacer en las mañanas: caminar, pintar, cantar, hacer deporte, leer, lo que sea. Busca esa cantidad de minutos en las que puedes decir: Ok, estoy feliz.
Listas, listas, listas
Creo firmemente en las listas, hago listas para todo, mi vida está ordenadas en listas… bueno, no todo… pero sí muchas cosas. Muchas personas creen que las listas son algo solo para el supermercado, pero en realidad te ayudarán a reducir el estrés. Por ejemplo, para lograr meditar comencé buscando aplicaciones que me hicieran la vida más fácil, logré dar con Headspace que además ahora tienen un documental en Netflix. Lo bueno de esta app es que, de verdad, explica muy fácil todo el proceso de meditar y lo que le pasa a tu mente.
En cuanto al yoga, hice también una lista de videos en YouTube, además tengo a mi profe y amiga Katha – que es la mejor, lo prometo – pero como no puedo hacer una hora diaria, entonces busqué videos de 10 a 15 minutos y los tengo en esa lista. Así que cuando me despierto, voy tan en automático como cuando me lavo los dientes. No pierdo tiempo decidiendo.
Tengo listas de podcasts que quiero escuchar cuando camino con Rucio, o audiolibros según el ánimo. Las listas me ayudan a pensar menos, a tomar menos decisiones.
Paso 3: Haz listas de lo que quieres hacer, tipos de ejercicios, libros que quieres leer, cosas que quieres pintar. Si te ahorras este tiempo de pensar o buscar, créeme que tendrás más tiempo para hacer lo que quieres hacer.
Tener una rutina de mañana no requiere dormirse a las 10:00 pm, despertar a las 5:00 y hacer las cosas que las personas “exitosas hacen antes de despertarse”, para nada. Lo que tienes que hacer es conocerte, entender qué cosas te hacen feliz, qué te sirve. Tal vez tu rutina es pararte, ver noticias y tomar café. Eso te centra, te da energía ¡Y es perfecto!
Mi consejo final es que no trates de hacer las rutinas de otros, porque puede que a ti no te funciones y termines frustrándote.